domingo, 23 de enero de 2022

Un poema para la Emperatriz

La Emperatriz en su aspecto más positivo y equilibrado integra lo estético y lo sensual con el acto de crear, de dar a luz. Conectada con el amor y con la tierra, representa la fertilidad, la abundancia de la naturaleza, el dar frutos y sostenerlos.


                                                                  Imagen de Deméter, en el mazo The Mythic Tarot de Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, con ilustraciones de P.Newell                                                                                    


La diosa Deméter es el personaje que representa a la Emperatriz en El tarot mítico de Sharman-Burke y Greene. Es la Madre Tierra, nuestra Pachamama. En la mitología griega, Deméter hacía madurar el trigo, ordenaba los ciclos naturales de las estaciones, bendecía los nacimientos. Enseñaba a cultivar la tierra y a hacer el pan.

Cuando Deméter se desesperó porque su hija Perséfone había sido raptada por Hades, la tierra se volvió estéril. Y aunque, por intercesión de Hermes, Perséfone pudo volver cada año con su madre durante nueve meses, en los tres restantes (que la joven debía pasar en el reino de su esposo), la tierra volvía a ser yerma y la vegetación se marchitaba. Solo la vuelta de Perséfone traía la primavera. Este tiempo cíclico también nos habla de los ciclos de florecimiento y maduración de nuestras propias obras, que muchas veces se generan luego de tiempos de estancamiento o falta de inspiración. 

La carta de la Emperatriz, el arcano III, me hace pensar en cuánto de nosotros hay en nuestras creaciones, en nuestros hijos, en nuestras obras. Cómo nos reconocemos en los frutos que damos... Este poema sobre la acción creativa se lo dedico a la Emperatriz que hay en cada uno, a nuestra naturaleza fructífera, a la abundancia y al florecimiento.


Creadora

Pone a la luna

su vestido de agua.                                                            

Corona el campo

con frutos y azucenas.

Se sienta entre las piedras

y dibuja la ruta de los astros.

Traza en la arena

signos del pasado

y en la tierra, los sueños del mañana,

surcos para la siembra.

 

Y al fin del día,

cuando está cansada,

se revela a sí misma en un espejo

y descubre que es luna y azucena,

se reconoce agua, fruto y piedra,

y comprende que es astro,

que es tierra y que es arena.

                                               Graciela Progano


La Emperatriz en el mazo del Tarot Thoth de Aleister Crowley



jueves, 13 de enero de 2022

El Rey de Espadas y un poema de Cavafis

Las espadas en tarot representan el elemento aire, vinculado con la mente, el pensamiento, la racionalidad, el discernimiento. Es por eso que el Rey de Espadas gobierna con inteligencia y, ante los desafíos, pone en juego su astucia y su gran capacidad para crear estrategias que lo lleven al triunfo. 

Si lo relacionamos con los mitos griegos, tomados por Liz Greene y Juliet Sharman-Burke para crear su tarot, este rey se corresponde con Ulises u Odiseo. Es el esposo de Penélope, de quien ya nos ocupamos con anterioridad al referirnos a la reina de bastos. Recordemos que, mientras ella esperaba y resistía en el palacio, Ulises regresaba a Ítaca después de la guerra de Troya, pero su viaje resultó ser largo y accidentado, atravesado por peligros y aventuras. Finalmente, él llegó a su reino.




Toda figura del mazo nos sugiere cierta actitud o modo de enfrentar las situaciones. En este caso, el Rey de Espadas/Ulises atraviesa todas las experiencias del viaje contemplándolas con racionalidad, comprendiéndolas con su aguda inteligencia y aventurándose en ellas con cierta distancia emocional, como un estratega que no pierde de vista su meta.

Por su potencia y valor alegórico, el mito del viaje de Ulises dio lugar a otros textos que se inspiraron en él; el más famoso es la novela Ulyses de James Joyce, pero no es el único. Aquí les presento un poema del escritor griego Constantino Cavafis (1863-1933), quien nos propone su perspectiva de cómo debería ser nuestro viaje:

Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón;
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

 

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

 

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.

 

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

 

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.


[En: C.P.Cavafis. Antología poética. Edición y traducción de Pedro Bádenas de la Peña. Alianza Editorial, Madrid, 1999.]

 

El poeta nos habla a cada uno de nosotros, nos convoca a disfrutar de nuestro camino de búsqueda, cualquiera que sea, sin perder de vista que el viaje en sí mismo es lo que nos enriquece. Desde esta mirada, toda experiencia tiene su valor; ninguna de ellas será terrible ni monstruosa si hay una comprensión profunda de su sentido. ¿Y la meta que nos habíamos propuesto? Su importancia fue simplemente haber sido nuestra inspiración. Esta es la visión del poeta. ¿Cuál es la nuestra? 



 

 

 


lunes, 10 de enero de 2022

La Reina de Bastos y las dos Penélopes

 En el mazo de tarot encontramos, entre los arcanos menores, las cartas de la corte o figuras: la Sota, el Caballo, la Reina y el Rey, correspondientes a cada palo. Aquí nos ocuparemos de la Reina de Bastos. Veamos algunas de sus representaciones:




En general, las cuatro reinas del tarot representan cualidades estables y receptivas de la energía del palo del que se trate. Es por eso que vemos a esta reina sentada con seguridad en su trono, conectada con su intuición  generalmente a través de la presencia de algún animal (una leona, un gato u otro animalito, según los mazos). Pero al ser de bastos, se vincula además con la energía creativa del fuego. En el caso del tarot mítico, esta energía está presente en la leona a los pies de la reina y se ve reforzada por los leones en los culminan los brazos del trono, que nos confirman su fuerza y valentía, y que además la relacionan con el signo de Leo (en el mazo de Waite, los leones aparecen en la base del trono). Cabe observar que en un mazo inspirado en la inolvidable historia de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, los bastos son molinillos de pimienta (especia fuerte y de carácter, si las hay); he aquí la imagen de esa reina de bastos, con el gato de Cheshire a sus pies, por supuesto:


Del mazo The Wonderland tarot de Chris Abbey y Morgana Abbey


Aunque representada con un estilo muy diferente, es esta misma fuerza la que nos transmite la reina de Bastos en el tarot mítico. Veamos su figura ampliada para después recordar un mito muy conocido.

Del mazo The Mythic Tarot de Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, 

con ilustraciones de Patricia Newell.


 Es interesante pensar en el personaje que las autoras del tarot mítico identifican con la Reina de Bastos. Se trata de Penélope, la esposa de Odiseo o Ulises. En la Odisea de Homero se relata que, al irse él a la guerra de Troya, ella se queda en Ítaca cuidando el reino. Pero como pasan muchos años hasta que el héroe puede retornar, ella empieza a ser acosada por pretendientes que quieren ocupar el lugar de su marido. En todo ese tiempo, Penélope demuestra su capacidad para defenderse; guiada por su intuición de que Ulises algún día regresará y por su agudo sentido de la estrategia, inventa un tejido salvador que desteje de noche para prolongar la tarea: un sudario para Laertes, padre de Odiseo; promete que al terminar el tejido se decidirá por uno de los pretendientes. Cuando esta idea ya no le sirve, entonces propone una difícil justa en la que los pretendientes deben tirar flechas con el arco de Ulises, asegurando que se casará con el ganador. De hecho, es Ulises, que ha retornado disfrazado, quien gana el torneo. Penélope no lo reconoce inmediatamente, pero intuye que puede ser él. Por eso lo somete a una prueba, hablándole de algo que solo su marido conoce: del lecho que él mismo fabricó desde el pie de un árbol de olivo. Así finalmente los esposos vuelven a estar juntos.

Penélope es sin duda una Reina de Bastos: autónoma, creativa, valiente, astuta, intuitiva y fiel en sus actos a lo que le dicta su corazón. ¿Sucederá lo mismo con esa otra Penélope que todos conocemos por haber cantado mil veces la canción de Joan Manuel Serrat? Para quien no recuerde la letra, pueden escuchar la canción en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=GXGYBybj5qo

Veamos cómo es la Penélope de Serrat. Sin dudas notamos algunas diferencias con la del mito, ya que la Penélope de la canción queda detenida en el tiempo al alejarse su amante. Además, su reloj es "infantil", es decir, carece de la madurez de la cual la esposa de Ulises hace gala y que le permite ser creativa en la espera.


Pobre infeliz,

se paró tu reloj infantil

esa tarde plomiza de abril

cuando se fue tu amante.


Esta Penélope, en lugar de poner en juego su creatividad, se inmoviliza, sumida en la nostalgia. En vez de tejer una estrategia, teje sueños que nunca se realizarán. 


Dicen en el pueblo

que el caminante volvió

y la encontró 

en su banco de pino verde.

La llamó "Penélope,

mi amante fiel, mi paz,

deja ya de tejer sueños en tu mente".


Atrapada en ese tejido, tampoco desarrolla su intuición y entonces no reconoce a aquel que esperaba cuando finalmente va a buscarla.

"Mírame, 

soy tu amor,

regresé".

Le sonrió 

con los ojos llenitos de ayer,

no era así su cara ni su piel:

"Tú no eres quien yo espero".


Definitivamente, esta Penélope se ahoga en sus emociones, como una reina de copas que, en desequilibrio, no encontrara cómo canalizar sus sentimientos. No es una Reina de Bastos, como la esposa de Odiseo. Estancada en el pasado, queda al final de la canción en el mismo lugar donde todos esos años esperó a su amante:

Y se quedó

con su bolso de piel marrón

y sus zapatitos de tacón

sentada en la estación.


Estos personajes sin duda nos enseñan algo sobre las diferentes energías que podemos encarnar en ciertos momentos de nuestra vida. Quizás también nos recuerden a alguna persona conocida... Preguntémonos qué Reina de Bastos hay ahora en nuestro entorno; seguramente podremos aprender mucho de ella.




miércoles, 5 de enero de 2022

Haikus a la Luna

La Luna es el arcano XVIII del tarot. Ella nos invita a conectarnos con nuestro mundo onírico y nuestro inconsciente. Bajo su luz tenue, las cosas todavía parecen no tener forma y podemos sentirnos desorientados; es por eso que esta carta nos propone apelar a la intuición.

Aquí les presento varios haikus dedicados a la Luna. Un haiku es una composición de origen japonés que consta de tres versos con una métrica particular (5 sílabas/7 sílabas/ 5 sílabas). Pero además del ritmo envolvente del haiku, su temática siempre se relaciona con la naturaleza y nos presenta una escena para contemplar.

Espero que disfruten de estos haikus que escribí encadenados, como si formaran un solo poema. Si tienen ganas, escriban un haiku propio. ¿Qué les inspira la luna?


Haikus a la luna

                          de Graciela Progano


Desde el crepúsculo

fue encendiéndose lenta

sobre las casas.

 

Es más intenso

su brillo en esta noche

desamparada.

 

Nos reconocen

sus ojos maternales,

de tanto vernos.

 

En la penumbra

su redondez plateada

llora en secreto.

 

Conmueve verla

ofrendar su figura

multiplicada.

 

Hoy luna llena

más llena que otras lunas,

grandiosa y santa.

 

La inmensa luna

nos regala su ramo

de penas blancas.

 

martes, 4 de enero de 2022

El arcano XVI y una nueva lectura

 Esta es la imagen de la Torre, el arcano XVI, tal como la muestran algunos mazos:


En esta carta puede verse una torre, como una fortaleza, a la que un rayo venido del cielo le hace volar por los aires la corona que tiene como cúpula. Como consecuencia, caen quienes habitaban allí, encerrados, aparentemente protegidos en su estructura.

A partir de esta carta se puede reflexionar sobre las propias estructuras que, a lo mejor, se han vuelto tan rígidas que solo podrían tambalear si sucediera un hecho intempestivo, un encuentro inesperado o el hallazgo súbito de una nueva filosofía. Lo que se ha endurecido es nuestra creencia, son nuestras ideas acerca de algo. La torre, que debía protegernos, nos terminó encerrando y aislando, y la única posibilidad de liberarnos viene de ese rayo que nos trae la destrucción de una estructura y la consiguiente pérdida de estabilidad para que se construya algo nuevo.

La contemplación de la escena representada en esta carta me inspiró una tirada, que podríamos llamar "Tirada de La Torre" o "Lectura de La Torre". Ignoro si alguien la inventó antes que yo; si fue así, pido disculpas. Por ahora, en la casi certeza de que es propia, la comparto con ustedes.

Se trata de una tirada de cinco cartas. Puede plantearse para aclarar una situación pasada y analizar sus consecuencias en el presente, o para descubrir estructuras presentes y vislumbrar posibilidades futuras.


Lectura 1: aplicable a una situación que enlaza pasado y presente.

Carta 1: ¿Cuál era la estructura fijada en ese momento de mi vida?

Carta 2: ¿Qué la conmovió o la destruyó?

Carta 3: ¿Qué creencias ya no sirvieron a partir de ese momento?

Carta 4: ¿A qué nueva situación fuimos arrojados?

Carta 5: Consejo, ¿qué energías hay que poner en juego en la nueva situación?


Lectura 2: aplicable a una situación que enlaza presente y futuro.

Carta 1: ¿Cuál es mi torre o estructura fijada/estancada en el presente?

Carta 2: ¿Qué puede conmover esa estructura?

Carta 3: ¿Qué creencias deben eliminarse o reconsiderarse?

Carta 4: ¿Hacia qué nueva situación habría que arrojarse en el futuro?

Carta 5: Consejo, ¿qué energías o recursos deberían ponerse en juego para hacerlo? 


Espero que los tarotistas que lean este blog prueben esta tirada y me comenten cómo les resultó. Y a  quienes no tiran las cartas, espero que les haya servido simplemente para contemplar la imagen de este arcano y reflexionar sobre ella.


domingo, 2 de enero de 2022

Apuntes sobre el arcano V y un poema

 La carta número cinco entre los arcanos mayores es el Sumo Sacerdote en el mazo de Waite, el Papa en el marsellés, y el Hierofante en el tarot mítico. Esta figura tiene mucho que enseñarnos. 

Como pontífice, el Sumo Sacerdote o el Papa es quien tiende el puente entre nuestra humanidad y lo trascendente. Con su voz de maestro, nos transmite las leyes del espíritu, las creencias y los valores que pueden sostenernos.

Según el libro El tarot mítico. Una nueva guía a las cartas del tarot de Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, con ilustraciones de Patricia Newell, el equivalente de este personaje es el Hierofante, representado por la figura del centauro Quirón. Él, como el Sumo Sacerdote, también dedica su vida a la enseñanza de la sabiduría espiritual. Además este centauro, educado por Apolo y Artemisa, conoce los secretos de las hierbas y puede curar a los otros, aunque no a sí mismo. Por eso cuando Hércules lo hiere accidentalmente con una flecha envenenada, Quirón, que era inmortal, debe sufrir por esta herida en forma constante. De este modo, olvida todo sueño de felicidad para sí mismo y dedica su vida a servir a otros curando y enseñando. En su labor de "hacedor de puentes", transmite a los hombres esa sabiduría espiritual que los acerca a Dios y cuya experiencia puede vivirse al conectar con el sacerdote interior.

En astrología, el planeta Kirón o Quirón es llamado "el sanador herido"; en la zona de nuestra carta natal donde tengamos Quirón, veremos desplegarse esta herida que nos propondrá una dirección a seguir para sanar al otro. Debido al propio padecimiento, cada uno de nosotros puede reconocer el de los demás, comprenderlo y ayudar a curarlo, no desde un dogma, sino desde la apertura de un camino interior, de una visión espiritual propia, de una filosofía particular.

De Quirón, rey de los centauros, me llamó la atención su origen. Sentí, al acercarme a esta figura, que no fue la flecha de Hércules su primera herida, ya que su madre fue una nube, un ser insustancial a la que Zeus le dio el aspecto de su esposa Hera cuando percibió que Ixión, hijo de Ares, estaba interesado en ella. Así Quirón fue engendrado en una nube. Imaginé que, al ser herido después por la flecha de Hércules, pudo necesitar el consuelo de su madre, imposible de hallar. De este sentimiento surgió el poema que presento aquí.


Herido

          “El nacimiento de Quirón fue también muy misterioso, porque nació de la unión de Ixión,  hijo de Ares, el dios de la guerra, y de una nube que Zeus formó con la apariencia de su esposa Hera…” - Juliet Sharman-Burke y Liz Greene, El tarot mítico.

 Fui herido

y no hay quien me acaricie

con maternal cuidado.

Fui herido y si pudiera

iría galopando hacia mi madre

a recibir consuelo.

¿Pero cómo alcanzarla, si es de nube?

 

En mi herida, sin pausa

el veneno ejecuta

su trabajo incansable;

mi labor será en cambio

una ofrenda infinita.

 

Desde mi dualidad animal y divina

seré el guía paciente de los hombres que sufren.

Los llevaré a mi cueva,

que también es mi templo.

Les brindaré mis hierbas curativas

y sembraré en sus penas

semillas del espíritu.

 

Rey y padre de estirpe de centauros,

siento la soledad del malogrado.

Mi dolor seguirá

como siguen los días,

pero desde mi herida abierta

derramaré la luz

de la palabra sabia.

Y en el atardecer, ya solo en mi montaña,

contemplaré las nubes que se escapan

inasibles y etéreas.

                                                       

                                                   Graciela Progano