viernes, 2 de agosto de 2024

El I Ching y el Tarot en versos

 En mi edición del I Ching, el Libro de las mutaciones (ed. Sudamericana, Bogotá,1993), además de varios prólogos interesantes (uno de ellos de Jung, otro de Richard Wilhelm), aparece un poema de Borges: "Para una versión del I King". Y dice el poeta:

"No hay una cosa 

que no sea una letra silenciosa

de la eterna escritura indescifrable

cuyo libro es el tiempo".


En otro poema, en el que vuelve a mencionar los hexagramas del I Ching, trata el tema de los vínculos establecidos en el universo sin que seamos conscientes de ellos. Se trata del poema "El bastón de laca"; estos son algunos de sus versos:

"Pienso en el artesano que trabajó el bambú y lo dobló

para que mi mano derecha pudiera calzar bien en el puño.

No sé si vive aún o si ha muerto.

No sé si es taoísta o budista o si interroga el libro de los sesenta y cuatro hexagramas.

No nos veremos nunca.

Está perdido entre novecientos treinta millones.

Algo, sin embargo, nos ata.

No es imposible que Alguien haya premeditado este vínculo.

No es imposible que el universo necesite este vínculo."





También sobre el Tarot -sobre la vida representada en el Tarot- se han escrito poemas. En "La cartomancia" de Olga Orozco leemos algunos versos en los que vuelve a aparecer el enigma, el misterio que sostiene el camino:

"Las Estrellas alumbran el cielo del enigma.

Mas lo que quieres ver no puede ser mirado cara a cara

porque su luz es de otro reino.

Y aún no es su hora. Y habrá tiempo.


Vale más descifrar el nombre de quien entra.

Su carta es la del Loco, con su paciente red de cazar

mariposas."


Esa "escritura indescifrable" a la que se refiere Borges en el primer poema, o eso que "nos ata" y que menciona en "El bastón de laca", está en la base del misterio que desplegamos cada vez que hacemos una lectura de tarot o en cada ocasión en que arrojamos las monedas para leer un hexagrama del I Ching. Ambas prácticas nos proponen una historia de cambios, de desciframiento de energías que se comprenden y se integran, de un despliegue vital hacia el autoconocimiento que vamos viviendo cuando -como el Loco de Olga Orozco- decidimos emprender la paciente tarea de cazar mariposas.



                                                              



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